Antes de comentar las posibles amenazas
definamos el TPP, según Wikipedia es: El
Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (en inglés: Trans-Pacific
Partnership, TPP) o simplemente Acuerdo Transpacífico, es un tratado de libre
comercio entre varios países de la Cuenca del Pacífico que aborda una variedad
de materias de políticas públicas, firmado el 4 de febrero de 2016 en Auckland,
Nueva Zelanda.1 Entre otras cosas, el TPP busca rebajar las barreras comerciales,
establecer un marco común de propiedad intelectual, reforzar los estándares de
derecho del trabajo y derecho ambiental, y establecer un mecanismo de arbitraje
de diferencias inversor-estado.[1]
Estados Unidos como principal promotor
del TPP crea un frente económico común en el Pacifico, junto a Australia,
Brunei, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
Un acuerdo que según organizaciones
defensoras de la libertad de expresión y los derechos digitales, el Gobierno
mexicano ha mantenido en bajo perfil.
Las negociaciones del acuerdo que se
mantuvieron en secreto, fueron expuestas por Wikileaks, donde detalla que
podría ser el tratado comercial más importante para los firmantes.
En México, el Consejo Coordinador Empresarial (@CCEoficialmx), exigió a los Senadores
acelerar la autorización y ratificar las firmas del TPP que ha hecho el
gobierno mexicano independiente al proceso electoral de Estados Unidos. Juan
Pablo Castañón, presidente del organismo privado, aseguró que el TPP “es la vía
idónea para modernizar y profundizar nuestra política económica comercial
internacional, en la tarea de fortalecer la competitividad como bloque, como
región, y representa el acceso preferencial a algunas de las economías de mayor
crecimiento por parte de EU, Canadá y México”. Declaró que la “retórica contra el libre comercio que se ha manejado en
las campañas electorales, que de llevarse a cabo como política de los Estados
Unidos, podría generar una recesión en ese país, y con ello arrastrar a la de
las economías más ligadas a sus ciclos, en especial la mexicana.[2]
En México ya se firmó el TPP y tiene que
ser avalado por el Senado, con un plazo de 2 años para discutirlo, sin embargo
las elecciones en Estados Unidos aceleraron el proceso, de ser avalado por la
vía del fast-track el acuerdo dejaría de lado la discusión y negociación de los
términos del mismo.
Organizaciones defensoras de la libertad
de expresión y los derechos digitales se movilizan para impedir que el Senado
ratifique el TPP o que al menos los capítulos del mismo se discutan.
Carlos Brito, miembro de la R3D por los
Derechos Digitales, identifica que la TPP
tendrá efectos en la agenda digital del país. Si bien, el tratado no tiene un
capítulo dedicado a Internet, las consecuencias están dispersas en los
capítulos destinados a las telecomunicaciones, los derechos de autor y el
comercio electrónico. Según Brito, las disposiciones contempladas "son
incompatibles con el marco jurídico mexicano. Hemos pedido respuestas en foros
y no hemos recibido respuestas.".[3]
¿Recuerdas SOPA?
“SOPA,
que significa Stop Online Piracy Act es un proyecto de ley introducido en la
Cámara de Representantes de Estados Unidos el pasado 26 de octubre de 2011 por
Lamar S. Smith (Texas, Republicano) con el objetivo de ampliar las capacidades
de los propietarios de derechos intelectuales para supuestamente combatir el
tráfico de contenidos en internet y productos protegidos por derechos de autor
o por la propiedad intelectual. ¿La ley estadounidense con réplicas por todo el
mundo (Ley Döring en México, Ley Sinde en España)? El TPP ha sido llamado
"el SOPA en esteriordes" y con justa razón: no sólo retoma algunos
puntos de la controversial ley, y en otros aspectos da un paso más allá:
- Los derechos de autor se extenderán 70 años post mortem del titular, aumentando veinte años al Convenio de Berna. Wikileaks opina: “El sólo afán de homologación normativa con el sistema estadounidense parece razón suficiente para evitar que cientos de miles de obras pasen a ser parte del patrimonio común.”.
- Bajo la persecución de los infractores de los derechos de autor, se busca incentivar a que los proveedores de servicio de Internet (ISP) a “cooperen con la ley”; que notifiquen, bajen y denuncien contenido que viole los derechos de autor sin que alguna institución judicial lo determine, lo ordene o lo investigue, haciendo de la censura un derecho propio en el que no interviene la ley.
- Este mecanismo es calificado por Brito como un "instrumento de censura previa", que permite que toda persona que diga poseer derechos sobre algo (no tiene que comprobarlo) puede acercarse a un ISP (YouTube, Google) y pedir que el contenido sea retirado. Por supuesto, esto puede usarse para retirar contenido de entretenimiento e incómodo contenido de crítica política.
- El TPP establece que entre los países firmantes deberá haber transferencia de datos personales. Búsquedas en Internet, datos bancarios, uso de páginas, listas de reproducción y mucho más deberá ser intercambiado entre países con diversas jurisdicciones y protecciones respecto al tema.
- En México esta información está protegida por la Ley de Protección de Datos Personales que permite que las personas tengan más control sobre los datos que disponen los bancos, los hospitales, las escuelas, los servicios de telecomunicaciones, el Gobierno y las empresas. La información personal podría compartirse con países con menos protecciones. Brito califica esta medida de "un retroceso".
- A Estados Unidos le costó más de un año de negociaciones para que la Unión Europea ratificara un acuerdo de transferencia de datos, pues en un principio Europa no consideraba a Estados Unidos un puerto seguro. El país norteamericano debió entregar una garantía con limitaciones sobre la vigilancia masiva de información de ciudadanos europeos. México no ha pedido ninguna garantía de este tipo a ninguno de los otros once países firmantes del TPP.
- Como parte del capítulo de Comercio Electrónico el TPP contempla la posibilidad de establecer candados digitales para que los usuarios reciban sanciones en caso de modificar, reparar, alterar o personalizar software o hardware una vez adquiridos. Para Brito esto "amenaza a todo un sector de la economía" que se dedican a reparar dispositivos. [4]
Fuente:
@HIPERTEXTUAL, @R3Dmx, @ElEconomista
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